Él, que no puede llamarse a sí mismo
porque hasta el silencio le pide que se calle
Él, que fuma una luna violenta
y se duerme transpirando palabras
Él, que ha hablado con la noche
y le ha pedido un colchón,
Él, que ha dicho todos los sinónimos de mudez
y todos los antónimos de ceguera
Él, que espera y sabe
que ningún poema vendrá a salvarlo.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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Como si mi cabeza no estuviera ya hecha un nudo de mil sogas, como para encima ponerme a leer acá y terminar de enroscarme y quemarme el bocho.
ResponderEliminarEstuvo bueno el viaje, igual-
Me encanto todo lo que lei, espero seguirme encantando.
ResponderEliminarbesos miles