miércoles, 9 de diciembre de 2009

martes, 8 de diciembre de 2009

no apagues la luz de tu ventana,
no dejes que la noche me muerda,
que el silencio desnude las idioteces que hemos dicho
que se desangre el mar,
que se desplomen las olas...

no apagues la luz de tu ventana,
no dejes que las palabras se escapen,
que las ilusiones pesen como culpas,
que mi cabeza no sea más que un cementerio de poemas apilados...

no apagues la luz de tu ventana,
no te escondas de mis ojos

“Grecia solo ha estado unida una vez: en la expedición contra Troya. Hubo, pues, en esta circunstancia y en esta situación algo sorprende y grande en el hecho de que Grecia entera se uniese para una empresa. Y en esta empresa, el poeta ha ofrecido a la representación del pueblo griego una eterna imagen de juventud y de sus virtudes…”

Y pienso:
¿y, yo?
¿y, nosotros?
Salvando las distancias, ¿a qué guerra le escribimos?
Miro por la ventana:
Allá está, tan clara,
Tan mínima, tan privada,
Tan silenciosa pero tan ineludible.